sábado, 2 de agosto de 2008

Santa Claus González

Se dice que Santa Claus murió aquí en México, en la triste casa de la familia Gonzáles, que aunque ya fue derrumbada hace algunos ayeres, tenía lugar en el centro de la ciudad.
Fue todo esto faltando tan sólo unos dias para el día de la natividad, aunque la noticia corrió hasta ese día. "Era inevitable. Los niños cada dia quieren más", eso es lo que dicen algunas personas.

Y aunque los renos estaban todos bien alimentados, el traje rojo, relumbrantemente almidonado y las hebillas bien lustradas, no había nada que hacer. Año con año había más niños. Más regalos que fabricar. El viejo ingenuamente confiaba en el poder de su magia... nunca pensó que el trineo fuera a sucumbir... incluso subió al carruaje lanzando alegres carcajadas, ayudado por pequeñas criaturas artesanas, sin saber...

Que el peso de los regalos en el trineo era insostenible.

Todo sucedió en el silencio de la noche indicada, minutos antes de las 12. Siendo sincero, no hay mucho que contar al respecto: El trineo se partió en algun momento al no haber nada que hiciera contrapeso a los regalos. El cuerpo del viejo cayó directamente al asfalto, dejándolo muerto al instante...

El señor Gonzáles también murió esa noche, después de haber vendido por la tarde los regalos que desde iniciado el año habia empezado a juntar para esa precisa noche... Pero las deudas eran aún demasiadas... Tras haber bebido parte del dinero de los juguetes en una cantina, con la mente ofuscada por obscuros pensamientos y el corazón hundido en la más profunda desesperanza, ingenuamente esperaba que su seguro de vida pudiera servir mejor a su familia que su miserable salario, y salió, sin hacer mucho ruido de la casa, tras escribir una breve nota: "siempre los amaré, perdónenme", sólo para darse un tiro en la nuca.

Oscar Ramón Padilla Bustos.
 
Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.